Prolifera la venta de toda clase de objetos de procedencia ilícita en casas de empeño, chatarreras, tianguis, deshuesaderos y hasta en redes sociales, uno más de los negocios del crimen organizado legitimado por autoridades omisas o incluso cómplices

SALVADOR CANTO

La proliferación de casas de empeño y chatarreras en la ciudad de Cancún–donde, aunque existe alguna regulación sobre su funcionamiento,no es así en lo que respecta a todo aquello que se deja como garantía prendaria, se vende ose compra–, ha propiciado que en los últimos años florezca un gran negocio de artículos robados,legitimado por autoridades omisas que al emitir los permisos de funcionamiento fomentan y legalizan el delito, así como el crecimiento de los crímenes del fuero común, como el robo a casas y negocios.

A ello se le suma la nula vigilancia en tianguis, deshuesaderos de automóviles y todo lo que se comercializa sin control en redes sociales que, al no conocerse su procedencia, conforma un conjunto de negocios a la vista de todos,que operan por encima de la ley.

Desde hace varios años Quintana Roo y particularmente los municipios de la zona norte enfrentan serios problemas en materia de seguridad que han generado un aumento en los delitos del fuero común por robos a comercios, a casa habitación e incluso a transeúntes, que son despojados de artículos que muchas veces terminan en las casas de empeño y en las chatarreras, donde no hay supervisión de lo que entra o sale.

El robo de automóviles también se ha convertido en un eslabón de esta cadena, porque muchas veces son desvalijados y terminan vendidos por piezas en los deshuesaderos u ofertados a través de las redes sociales, donde proliferan los anuncios que aseguran que, si no encuentras lo que buscas, te lo consiguen en poco tiempo.

Hasta principios de este año Quintana Roo contaba con 194 casas de empeño registradas oficialmente, que son reguladas por una ley estatal, también por una federal de protección al consumidor y la Norma Oficial Mexicana NOM 179-SCFI-2007 respecto a los servicios de mutuo con interés y garantía prendaria.

El problema es que se trata de leyes inoperantes,con lo cual ciertos sectores de la población han asumido como algo normal la posibilidad de adquirir objetos de origen ilícito, que son puestos a empeño y comercializados sin restricción alguna por esos establecimientos.

En este juego de apariencias, el robo calificado ha sido elevado como un delito grave, para aparentar que se hace algo endureciendo la ley, pero persiste la tolerancia a los negocios que compran o venden lo robado.

Ley que regula a las casas de empeño, letra muerta

A pesar de que en el 2018 miembros de la XV Legislatura del Congreso del Estado reformaron los artículos 6, 27, fracción II del 32 y la fracción I del artículo 34 de la Ley que habla del cierre y apertura de las Casas de Empeño o Préstamo en Quintana Roo, en donde se añadió la obligatoriedad de pedir a los pignorantes facturas de los artículos que van a dejar y así garantizar su legal procedencia, esto no se cumple en la mayoría de los establecimientos.

Es decir, persiste una puerta abierta para que los amantes de lo ajeno acudan a esos comercios a “legitimar” lo hurtado, porque a pesar de la exigencia en la ley sobre la propiedad, esas personas siguen haciéndose de dinero fácil y los comerciantes o prestamistas en poco tiempo recuperan lo que les dieron, pues ponen a la venta los artículos empeñados para cerrar el círculo de lo robado.

Lamentablemente, se trata de una más de las leyes hechas al vapor, como tantas otras en las cuales no se planifica un instrumento reglamentario nila necesaria logística que se requiere para su aplicación correcta en el terreno de la realidad y que terminan como “letra muerta”, es decir,que lo ordenado por una legislación termina por no aplicarse, como ha sucedido, por ejemplo, con la polémica “Ley Plásticos” o “Ley Popote” promovida por el Partido Verde, que jamás cumplió el objetivo para el cual fue aprobada, pues jamás se dejaron de comercializar artículos con plástico, tanto de un solo uso como reutilizables.

Todo lo anterior refleja no únicamente una gran ausencia de la autoridad, sino también una complicidad de hecho, porque en lugar de actuar y realizar inspecciones como parte de las investigaciones por los delitos de robo que existen, con su omisión no solo legitiman, sino que además conducen aque el negocio ilícito siga creciendo.

Para miembros del Colegio de Abogados Postulantes de Cancún esta negligencia de la policía ministerial, al no llevar a cabo operativos en las casas de empeño para garantizar que no posean artículos robados, representa una gran contradicción de las autoridades al fomentar que se sigan cometiendo este tipo de delitos.

Subrayaron que, además, las casas de empeño incumplen la ley en el capítulo 7 que habla de sus obligaciones, particularmente en el artículo 31 que establece que es deber de los permisionarios presentar dentro de los primeros cinco días de cada mes un informe a la Fiscalía General del Estado sobre el registro de todas las operaciones realizadas en ese periodo, el cual deberá contener como mínimo los montos de las mismas, los datos generales de los pignorantes y una descripción de los bienes en prenda.

Asimismo, tienen la obligación de presentar las denuncias correspondientes ante la Fiscalía General del Estado cuando la empresa tenga conocimiento de actos o hechos presumiblemente constitutivos de delito.

Cabe señalar que en las casas de empeño no se aceptan pagos con tarjeta de débito o crédito sino solamente dinero en efectivo, salvo algunas excepciones,lo que les facilita, además de evadir impuestos, lavar recursos de procedencia ilícita.

Casas de empeño con bóvedas secretas,fachadas del hampa

En todas las casas de empeño existen bóvedas de seguridad para resguardar los artículos de mayor valor; sin embargo, muchas de ellas, sobre todo las que se localizan en las regiones o en la parte exterior de plazas comerciales, poseen compartimientos especiales donde resguardan hasta automóviles y motocicletas de dudosa procedencia.

De hecho, incluso estos vehículos son utilizados por el crimen organizado para perpetrar delitos, según se desprende de una plática sostenida con un extrabajador de una casa de empeño ubicada en la región 233, quien dijo haber presenciado en una ocasión que unos sujetos desconocidos se llevaron dos motos que estaban bajo resguardo,y aunque al poco rato las regresaron, el dueño del local ordenó que se borrara la grabación de las cámaras de seguridad de ese día.

Justo ahí es donde debería enfocarse el trabajo de investigación la Policía Ministerial; sin embargo, existe una evidente apatía para el combate de los hechos delictivos que asolan a la ciudad todos los días, pues no hay trabajo de prevención ni mucho menos de investigación. 

Y es que,a pesar del aumento de las estadísticas de robo de forma general, donde se presume que muchos artículos terminan en las casas de empeño, en los tianguis, chatarreras o deshuesaderos, la Fiscalía General del Estado (FGE) no tiene un proceso de investigación real que permita la desarticulación de los grupos delictivos dedicados a esas actividades.

Desde hace mucho tiempo las autoridades no realizan operativos de cateo o inspección a esta clase de establecimientos para conocer la procedencia de los artículos que resguardan y que posteriormente ponen a la venta.

Chatarreras: se compra y se vende de todo

Debido a la falta de supervisión de las autoridades, las chatarreras de Cancún –de las cuales ni siquiera existe un padrón oficial donde conste el número de estos negocios–compran y venden una gran variedad de productos cuyo origen es evidentemente ilícito, sin el menor de los problemas.

El mayor negocio es el cobre, que es extraído de cables arrancados a los postes del alumbrado público; a decir de personal de la empresa OE, dependiente de Celsol S.A.P.I. de C.V., que tiene la concesión del alumbrado público en Cancún, a la semana tienen que reponer entre 40 y 50 metros de cables en diferentes zonas de la ciudad, que son robados probablemente para extraerles el cobre y venderlo en las chatarreras.

“El problema es que al arrancar el cable dejan sin energía varios postes y afectan a toda una manzana,pero atender el tema que eso significa –robo– ya les compete a las autoridades, denunciarlo y perseguirlo penalmente”, platicó un trabajador de la citada empresa, que hacía la revisión de un poste en el fraccionamiento Villas Otoch.

Otro de los productos que más son robados y que recaen en las chatarreras son las rejillas y tapas de alcantarillas del drenaje,pues a decir de Arturo Javier Quintero Díaz, director de Pozos y Limpieza de Playas en Benito Juárez, se ha llegado a contabilizar en un solo día la desaparición de 60 tapas de metal.

Comentó que las zonas en donde más han tenido esos problemas son las supermanzanas 58, 59, 60 y regiones 97, 215, 221 y 222.

“Desafortunadamente quienes se roban esas tapas las venden como fierro viejo, sin considerar que están ocasionando no solo un daño al erario, sino que además pueden provocar algún accidente que pudiese terminar en una desgracia, ya sea que una persona caiga en el hueco dela alcantarilla o que un vehículo provoque un choque”, explicó.

Señaló que las tapas de alcantarilla tienen un costo de entre cinco mil y siete mil pesos, y quienes las roban terminan vendiéndolas en algún negocio por, cuando mucho, 300 pesos.

Cobre, fierro y bronce, metales más demandados

Los tres metales que más demandan las chatarreras en Cancún son el cobre, el fierro y el bronce, siendo los más costosos el primero y el último material.Por el cobre se paga de 60 a 150 pesos por kilogramo, dependiendo del establecimiento, y por el fierro hasta seis pesos por kilo.

Al ser el cobre uno de los metales más preciados, en el 2013la XIII Legislatura del Congreso del Estado determinó modificar la ley y acordó que su robosea penado con hasta cuatro años de cárcel.

La sanción es para quien posea, transporte, adquiera, enajene, acopie o comercialice piezas, partes o accesorios de cobre de manera ilegal; sin embargo, estase suma a la larga cauda de letras muertas porque dicho delito se mantiene tan activo como siempre, o incluso más.

De acuerdo con autoridades de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), tan solo en Cancún se pierden más de seis millones de pesos anualmente por este delito, mientras que en el mercado negro los ladrones de este metal lo rematan a menos de 60 pesos el kilo.

El robo de cobre y bronce está indiscutiblemente ligado a las “chatarreras”, negocios que se dedican a comprar el producto robado bajo el amparo de la impunidad.

En septiembre del 2012 se dio un caso curioso en Cancún, cuando la policía recuperó de una chatarrera, que había pagado cuatro mil 500 pesos por ella, una obra de arte hecha en bronce que había sido robada en las inmediaciones del Palacio Municipal.

No se trató de cualquier obra, sino de un monumento con jeroglíficos mayas que forma parte del patrimonio del municipio Benito Juárez, con un valor de 280 mil dólares, que había sido instalado apenas unos meses atrás en la avenida Cobá, entre la Bonampak y la Náder,donado por el escultor Gregory Pototsky, en homenaje al investigador ruso Yuri Knorozov, primero en descifrar el código fonético de los jeroglíficos mayas.

Tras recuperar la obra, que tiene un peso aproximado de 150 kilos, fue colocada dentro del Palacio Municipal, donde permanece hasta la actualidad.

La misteriosa desaparición de “Los Niños Traviesos”

Con respecto al patrimonio histórico de Cancún, existe registro de por lo menos un caso similar, que es el de las esculturas instaladas en la fuente conocida como “Los Niños Traviesos”, de la artista Carol Miller, una alegoría de la familia cancunense también ubicada en las proximidades del Palacio Municipal, que desaparecieron misteriosamente en una fecha incierta, sin que se comentara algo al respecto durante años, hasta que la situación fue expuesta en el 2010 por el experto en imagen urbana Carlos Cosgaya Medina, quien describió en aquel entonces que en la fuente, “abandonada desde hace años, como casi todos los monumentos históricos que le dan identidad cultural a Cancún”, solamente se veían tres hojas de concreto vacías sobre las cuales originalmente se encontraban tres esculturas: la primera, de tres niños; la segunda deuna madre y su hijo recostados; y la tercera de otros dos niños, en actitud de jugar.

Después de ser denunciado en la prensa, el tema fue retomado por políticos y en redes sociales, hasta que finalmente en el 2011 fueron encontradas dos esculturas, sin que se esclareciera dónde; de la tercera nunca se supo nada.

Una versión no oficial al respecto, procedente de una fuente del ámbito político de gran fiabilidad, refiere que las esculturas fueron descubiertas por la entonces diputada local Patricia Sánchez Carrilloen un rancho deValladolid, Yucatán, propiedad de Francisco Alor Quezada, alcalde de Cancún entre los años 2005 y 2008, quien,al ser amenazado con ser exhibido por la política panista, tuvo que devolverlas. 

Robos de autos, sin investigación a fondo

Otro giro de comercio que forma parte del gran negocio de lo robado es el de los deshuesaderos de autos que abundan en distintos puntos de la ciudad.

En México solamente uno de cada 100 vehículos hurtados logra ser recuperado, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública que, además, refiere que en Quintana Roo dio dicho delito va ala alza.

En la actualidad se registra en promedio un auto robado cada dos días, cuando hace dos años, en 2021, se robaban uno cada cinco días, lo que denotael ascenso de la problemática en el Caribe Mexicano.

La mayoría de los robos de vehículos se han registrado en Cancún y Playa del Carmen a plena luz del día y a la vista de muchas personas y lo más curiosoes que, a la par, también se han disparado los negocios que operan como deshuesaderos.

Los carros más robados en Cancún son los Jetta, Aveo, Tsuru y Chevy, que, curiosamente son también los que más se venden en los deshuesaderos.

De la misma forma, en redes sociales pululan decenas de usuarios dedicados a la compra y venta de vehículos y refacciones sin que se garantice la legalidad de su procedencia.

Ahí, con perfiles falsos creados exprofeso, muchas personas se dedican a la comercialización ilícita sin problema alguno, en un submundo del libertinaje e ilegalidad impunes, pues no hay medidas que permitan garantizar que lo que se vende sea lícito y por lo complejo de la situación, hasta se presta para el crecimiento de otros delitos como el fraude.

Fiscalización regula operación, no atiende delitos

La dirección de Fiscalización del Municipio de Benito Juárez, a cargo de Gustavo Fernández Hernández, admite que no existe un padrón específico donde conste el número de chatarreras en Cancún,las cuales están consideradas dentro del rubro de talleres de forma general.

El funcionario explicó a El Despertador de Quintana Roo que en lo que va del año han impuesto alrededor de 12 clausuras a este tipo de negocios por no contar con licencia de funcionamiento, que tras el pago de las multas y lograr su regularización, han vuelto a abrir.

Sin embargo, en lo que respecta a la compra y venta de productos probablemente robados como cobre extraído de cables del alumbrado público y alcantarillas del drenaje, señaló que eso ya le compete revisarlo a las autoridades ministeriales.

“Nosotros hacemos revisión de documentos como en cualquier otro negocio, y en el caso de las chatarreras no están configuradas como tal, sino que se les conoce como talleres y en ese sentido, el reporte hasta el momento es que hemos clausurado 12 de esos negocios por no tener su documentación en regla”, reiteró.

Tianguis, lugar idóneo para desaparecer lo robado

El propio dirigente de la Unión de Tianguistas y Comerciantes Ambulantes del Estado de Quintana Roo, Melitón Ortega García, ha reconocido que en los distintos tianguis ubicados en la ciudad se venden productos robados, aunque también ha aclarado que atender esa situación compete a las autoridades policiales.

“El asunto está con los bazaristas, ahí la gente llega a vender sin ser fijos cualquier día de la semana y pagan una cuota por el uso del espacio como está acordado y nosotros no les preguntamos cuál es la procedencia de sus productos, pues esa no es nuestra injerencia”, explicó.

Los tianguis en donde según el vox populi tienen más salida los productos robados de pequeñas dimensiones, que van desde teléfonos celulares ya desbloqueados, consolas de videojuegos, lentes, gorras hasta aparatos electrodomésticos, son los que se ubican los sábados en la región 219 (entre la Talleres y Leona Vicario) y los domingos en la región 101 (entre la López Portillo y Ruta Cuatro), que además son los más concurridos.

En cada uno de ellosse establecen varias cuadras para ser usadas exclusivamente para los bazaristas que venden de todo, incluso piezas o refacciones de autos.

También en este caso,a pesar de tratarse de una situación bien conocida, desde hace varios años las autoridades han dejado de llevar a cabo operativos para detectar la posible procedencia ilícita de los productos que ahí se venden.