LONDRES.- En el corazón de Northumberland, Inglaterra, se encuentra el jardín más mortal del mundo: The Poison Garden o El Jardín Venenoso, como es conocido en español. 

Fundado en 2005 por Jane Percy, duquesa de Northumberland, alberga más de 100 plantas tóxicas, intoxicantes y narcóticas. Su creación surgió tras heredar el castillo de Alnwick, un lugar icónico que sirvió como escenario para las dos primeras películas de Harry Potter. 

Percy decidió transformar parte de los jardines del castillo en un espacio único que no solo capturara la atención de los visitantes por su belleza, sino que también sirviera como una herramienta educativa sobre los peligros que ciertas plantas pueden representar.

El jardín es una atracción turística muy popular que atrae a más de 600,000 personas al año. A los turistas se les advierte que no toquen, prueben ni huelan ninguna de las plantas, y no es raro que algunos se desmayen por inhalar los vapores tóxicos que emiten. 

En este peculiar espacio, en lugar de encontrar las típicas rosas o jacintos, los visitantes se encuentran con plantas como la ricina, una de las más venenosas del mundo, y la gimpi gimpi, conocida por su potente neurotoxina que puede causar un dolor extremo al contacto.

El Jardín Venenoso alberga una impresionante variedad de plantas letales. Entre ellas se encuentra el acónito, también conocido como matalobos, una planta de vistosas flores azules o violetas que contiene aconitina, una toxina que afecta al sistema nervioso y puede provocar un paro cardíaco. 

Otra de las plantas peligrosas es la cicuta, utilizada en la antigüedad para ejecutar al filósofo Sócrates. También se pueden encontrar la adelfa, una planta decorativa que es altamente tóxica y puede afectar el corazón y el sistema gastrointestinal, y la Atropa belladonna o belladona mortal, famosa por causar alucinaciones y convulsiones. Además, el jardín cuenta con permisos especiales para cultivar plantas utilizadas en la producción de narcóticos, como la amapola del opio, la coca y la mariguana, todas bajo estricta vigilancia.

El propósito educativo del Jardín Venenoso destaca la naturaleza dual de muchas plantas, mostrando cómo pueden ser tanto beneficiosas como peligrosas, dependiendo de su uso y dosis. Por ejemplo, algunas plantas como el khat tienen propiedades medicinales en ciertas culturas, pero pueden ser alucinógenas o tóxicas en otras circunstancias. Este enfoque ayuda a concienciar sobre los peligros que pueden estar presentes en entornos cotidianos, especialmente con plantas aparentemente inofensivas como la adelfa. 

Para garantizar la seguridad, las visitas son guiadas y limitadas a grupos pequeños, con un guía siempre presente para informar y proteger a los visitantes.

Aunque The Poison Garden es icónico, no es el único jardín que explora el lado más oscuro de la naturaleza. En el castillo de Blarney, en Irlanda, y en el jardín botánico de la Universidad de Padua, en Italia, también se pueden encontrar colecciones de plantas tóxicas y medicinales, cada uno con su propia historia y enfoque educativo. (Con información de Muy Interesante)