Exige justicia viuda de periodista asesinado. Alberto Velázquez fue victimado en diciembre de 2009, sin que hasta la fecha se aclare el crimen
27 Jun. 2018TULUM.- Desde la muerte de su esposo hace nueve años, Mary Olayo dice haber batallado con dos cosas: primero, con que se haga justicia; segundo, la manutención de sus cuatro hijos, aún menores de edad, pues ninguna autoridad la ha apoyado.
Recordó que su esposo, el periodista José Alberto Velázquez López, del diario Expresiones de Tulum, fue asesinado el 22 de diciembre del 2009, a las puertas del periódico.
“A mi esposo quien lo invitó a trabajar a Tulum fue Gilberto Gómez Mora, que en ese tiempo era enemigo político de Marciano Dzul, pues peleaban la candidatura a la presidencia”, dice lapidariamente.
“Siento impotencia y coraje, porque amigos de mi esposo, como Gilberto ‘El Chino’ Mora, el que lo llevó a Tulum, ahora apoyan a los que consideraban sus enemigos, a Marciano (Dzul), cuando ‘El Chino’ le pidió a Alberto que sacara notas contra Marciano”, detalló.
Agrega que, en el año del deceso del periodista, Marciano Dzul Caamal era presidente municipal; Bello Melchor Rodríguez y Carrillo, el Procurador de Justicia del Estado; y Félix González Canto, el gobernador del estado, además de César Morales Guevara como coordinador de Ministerios Públicos.
En ese entonces la autoridad investigadora dijo que el esposo de Mary Olayo estaba vinculado con drogas, venta de terrenos y una relación extramarital, lo que fue desmentido de tajo por la entrevistada, quien reveló que un mes antes del asesinato de José Alberto Velázquez, fue amenazado, además que arrojaron una bomba molotov a las puertas del periódico, afirmó.
La viuda reveló que en días pasados se acercó al gobernador Carlos Joaquín, a quien le solicitó que se reabriera la carpeta de investigación, para que el crimen de su esposo no quede impune, petición que fue turnada a la Fiscalía General del Estado.
Los deudos de José Alberto han pasado muchas necesidades, la principal, crecer sin esposo y sin padre, en una casa de interés social que aún no terminan de pagar. Justifica que, si su esposo hubiese estado en problemas con la venta de droga, no pasaría necesidades ahora, “porque esa gente lo que tiene es dinero”.