AGENCIAS

TOKIO.- Una galería de arte de Tokio propuso a los visitantes que “robasen” las obras que quisieran, por lo cual la exposición, que se esperaba permaneciera 10 días, duró apenas 10 minutos.

Aunque se pretendía que el evento sería más bien confidencial, la información se propagó rápidamente a través de las redes sociales, así que casi 200 personas acudieron a la inauguración, poco antes de la medianoche del jueves. Hubo tal multitud que la policía llegó al lugar, donde los organizadores disiparon cualquier malentendido.

Esta exposición era un “experimento”, supuestamente para transformar la relación entre los artistas y el público, explicó Tota Hasegawa, promotor del proyecto.

La posibilidad de robar objetos atrae a más público y procura a los visitantes un cierto placer, el de la transgresión, según Minori Murata, una artista que expuso carteras con dinero y tarjetas de crédito.

Unas horas después del atraco, varios objetos de la exposición ya estaban a la venta en los sitios de subastas, en ocasiones a precios de hasta 100,000 yenes (unos 900 dólares).

La sociedad japonesa no tiene la costumbre de quebrantar las prohibiciones y la tasa de criminalidad del país es muy baja. De hecho, algunos de los ladrones de la exposición se comportaron como caballeros, estimó Hasegawa: cuando uno de los asistentes “perdió el bolso con la cartera en su interior, el objeto fue recogido, entregado a alguien de la organización y devuelto a su propietario”, contó.