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WASHINGTON.- Andrómeda III, una de las galaxias satélite enanas que orbitan alrededor de la galaxia de Andrómeda (Messier 31), ofrece a los astrónomos un enigma cósmico. Compuesta por estrellas viejas y rojizas, Andrómeda III carece de formación estelar reciente, lo que la convierte en una reliquia cósmica de más de 10 mil millones de años. Este rasgo la asemeja a los cúmulos globulares, que albergan algunas de las estrellas más antiguas del universo.

Los astrónomos creen que las galaxias enanas esferoidales, como Andrómeda III, podrían ser restos de antiguos objetos cósmicos que se fusionaron por la gravedad para formar los halos de galaxias más grandes. Sin embargo, un descubrimiento sorprendente ha desafiado las teorías actuales: varias de estas galaxias enanas, incluida Andrómeda III, orbitan alrededor de Andrómeda en un plano ordenado, similar a cómo los planetas orbitan el Sol.

Este comportamiento desafía los modelos tradicionales de formación de galaxias, que predicen órbitas aleatorias. Dos teorías principales se investigan con el Telescopio Espacial James Webb: una sugiere que las galaxias enanas ingresaron al plano orbital como un grupo, mientras que la otra plantea que son los restos de una fusión galáctica. 

Resolver este misterio no solo arrojará luz sobre la historia de Andrómeda III, sino que también podría revolucionar nuestra comprensión de la formación de galaxias.