…tiene 100 años de perdón, reza el conocido refrán.

Luego de medirle el agua a los camotes y los kilates a las alhajas, Jaime Cárdenas Gracia renunció a la dirección del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep), a tan sólo tres meses de haber ocupado el cargo.

Inmediatamente el presidente López Obrador, sin pudor alguno, lo descalificó: “Ej que no aguantó, no le entró, ej que se rindió, no luchó”, dijo. Como si no supiera lo que ya era público: el titular renunció por la falta de respaldo del Ejecutivo, ante la realidad encontrada al interior de ese instituto “en el que todo lo recuperado para devolver al pueblo, lo robado, había sido saqueado”; es decir, al lote de joyas que se iba a subastar le habían sustraído o arrancado diamantes, esmeraldas y otras piedras preciosas, a otros muebles e inmuebles recuperados los habían desvalijado; como dicen en mi pueblo, habían profanado la cueva de Ali Babá y sus 40 ladrones, y ese fue el motivo de la renuncia de Cárdenas, el cochinero encontrado.

Por cierto, el partido gobernante –Morena– no dijo ni pío. Pero ahí no paró el desastre y fracaso de la comunicación social que intentan en las mañaneras para el combate a la corrupción.

Porfirio Muñoz Ledo, aspirante a la dirigencia morenista, dijo que el canciller Marcelo Ebrard “está forrado de billetes”, sostuvo tener su “hoja de vida completa”, que tiene muchísimo dinero y que espera que no sea dinero público, que lo va a investigar. No hay casualidades en la política, siendo el secretario más prominente del gabinete y ya en campaña para ser el sucesor de AMLO, es hasta cierto punto normal; sin embargo, Ebrard ya lo hubiera desmentido, el que calla otorga, aunque el que acusa está obligado a probar.

Como diría doña Esa: “Mmm la historia se repite, ha existido siempre, la diferencia es que estos dicen robar pero poquito, además no son ‘enjuagues’, son ‘aportaciones’. Lo cierto es que en la 4T todos tienen metida la mano en el bolsillo del otro, pobre del que rompa la cadenita”. ¡Viva Cristo Rey!