WASHINGTON.- Recientes observaciones del telescopio espacial James Webb han revelado detalles sorprendentes sobre Psyche, un asteroide de 225 kilómetros de diámetro ubicado a 3.5 mil millones de kilómetros de la Tierra. Este cuerpo celeste, compuesto principalmente de hierro y níquel, ha intrigado a la comunidad científica por su inusual capacidad para reflejar la luz, lo que sugiere que su densidad podría ser menor de lo esperado para un objeto metálico masivo.

Los datos obtenidos por el telescopio Webb indican que Psyche podría estar cubierto de una sustancia similar al óxido y contener agua. Específicamente, se ha detectado la presencia de hidroxilo, un compuesto químico que, al combinarse con el hierro, forma óxido. Además, las señales infrarrojas captadas sugieren la posible existencia de agua en la superficie del asteroide, un hallazgo que desafía la teoría predominante de que Psyche es un remanente de un planetesimal.

Estos descubrimientos han generado nuevas preguntas sobre el origen de Psyche. Según la física planetaria Anicia Arredondo, Psyche podría haberse formado más allá de la “línea de hielo”, la distancia mínima del Sol donde los compuestos volátiles pueden condensarse en sólidos. Sin embargo, los científicos aún no saben si el agua y el hidroxilo son inherentes a Psyche o si llegaron a través de impactos con otros cuerpos celestes.

Para resolver estos enigmas, la NASA lanzó en octubre de 2023 una misión espacial que llegará a Psyche en 2029, con el objetivo de estudiar su composición y buscar evidencia de un antiguo campo magnético. Este estudio podría ofrecer una valiosa comprensión sobre la formación de planetas como la Tierra. (Con información de Gizmodo)