WASHINGTON.- Los agujeros negros son más complejos de lo que se pensaba. Además de los que se forman tras la muerte de una estrella, llamados agujeros negros estelares, los científicos teorizan sobre la existencia de agujeros negros primordiales, formados directamente del gas y polvo del universo temprano, sin pasar por la fase de estrella.

Una característica fascinante de los agujeros negros primordiales es que pueden tener cualquier tamaño, desde microscópico hasta cientos de kilómetros de diámetro. Esto sugiere que podrían actuar como semillas para la formación de planetas, atrayendo materia a su alrededor hasta formar una estructura sólida con un agujero negro en su núcleo.

Investigaciones recientes sugieren que estos planetas huecos con un agujero negro en el centro podrían mantenerse estables si sus capas externas son lo suficientemente fuertes. Científicos han calculado que estructuras de materiales como el hierro o el granito podrían resistir el colapso siempre que su radio no supere el 10% del radio del Sol.

Este estudio no solo es relevante para entender mejor el universo primitivo, sino que también tiene implicaciones para el futuro. Identificar y encapsular agujeros negros primordiales podría permitir a la humanidad aprovechar la energía que emiten, conocida como radiación de Hawking. Además, estos agujeros negros podrían contener información clave sobre los primeros momentos del cosmos, ofreciendo una ventana única a la infancia del universo. (Con información de Wired)