El resplandor de unos ojos de gato en medio de una noche oscura puede parecer casi sobrenatural y es efecto recurrente de escenas ficticias de tensión. Este fenómeno brillante se debe a una estructura en los ojos llamada tapetum lucidum.

El tapetum lucidum es una capa de tejido situado en la parte posterior del ojo, detrás de la retina. Su función principal es reflejar la luz que pasa a través de la retina de nuevo hacia los fotorreceptores, aumentando así la cantidad de luz disponible para estos receptores. 

Anatómicamente, es una adaptación evolutiva que se encuentra presente en diversos grupos de vertebrados, pero no en los primates y los seres humanos, donde la ausencia de esta estructura está relacionada con la evolución de una visión más aguda y a color durante el día, sacrificando la visión nocturna en favor de una percepción más rica bajo la luz del sol.

La principal función del tapetum lucidum es mejorar la visión, que en el caso de los gatos llega a aumentar su sensibilidad visual hasta un 44%, permitiéndole ver luces imperceptibles para otros ojos, incluidos los nuestros.

Al reflejar la luz de vuelta a través de la retina, esta capa de tejido permite que los fotorreceptores capten la luz en dos ocasiones, incrementando la sensibilidad del ojo en condiciones de poca luz. Esto resulta en una visión nocturna mucho más aguda y eficiente, una ventaja imprescindible para animales que son activos durante el crepúsculo, la noche o en entornos con poca iluminación.

Este mecanismo es especialmente beneficioso para los animales cazadores como los felinos y ciertos caninos, que dependen de una visión aguda para localizar a sus presas en la oscuridad. En el otro extremo, los animales herbívoros también se benefician del tapetum lucidum, ya que les permite detectar a los depredadores que acechan durante la noche.

Su composición varía entre especies y clasifica los tapetum lucidum en cuatro tipos; en el caso de los gatos está compuesto de zinc y riboflavina (vitamina B), mientras que el tapetum de los perros y los hurones solo está formado por cristales de zinc y en los herbívoros es un conjunto de células de colágeno. Esta diversidad en la estructura refleja la adaptación específica de cada especie a su entorno nocturno.

Esta variabilidad en la composición del tapetum lucidum no solo influye en su función, sino también en los colores que se observan en los ojos de diferentes especies. En los gatos, por ejemplo, el resplandor ocular en la oscuridad suele presentarse en tonos verdes, al igual que en los perros y los mapaches. Pero en otras especies, como los caballos, el brillo puede ser azul y en coyotes y roedores suele ser un brillo rojizo. (20 Minutos)