WELLINGTON.- Las autoridades de Omaui, una aldea costera del sur de Nueva Zelanda,
han propuesto una iniciativa para convertir el lugar en una zona libre de gatos domésticos
por suponer un peligro para la fauna silvestre. El proyecto de ley, que se puede votar hasta
el 23 de octubre, estipula que los dueños de gatos tendrán que registrar a sus mascotas,
ponerles un microchip y castrarlas, y no podrán adquirir una nueva cuando mueran por
causas naturales.