AGENCIAS
MÉXICO.- La crisis del Sistema Nacional de Refinación se está profundizando.
En julio de este año, de acuerdo con reportes operativos de Petróleos Mexicanos, la
refinería de Madero no procesó ni un solo barril de petróleo, cuando un mes antes había
transformado en derivados, como gasolinas, 40 mil 631 mil toneles diarios.
Las seis refinerías con que cuenta la petrolera mexicana (Cadereyta, Madero, Minatitlán,
Salina Cruz, Tula y Salamanca) operaron a 39% de su capacidad, de acuerdo con
información de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
Al mal desempeño del complejo de Madero se suma la refinería de Minatitlán, que en ese
mes operó a 6%, pues de una capacidad de procesamiento de 285 mil barriles diarios de
petróleo crudo, sólo transformó en derivados 18 mil.
Además, la crisis en la producción de gasolina Premium alcanzó niveles históricos, pues en
ese mes cuatro de las seis refinerías dejaron de producir el combustible y sólo las refinerías
de Tula y Salinas Cruz aportaron escasos volúmenes.
Ramsés Pech, analista del sector energético y socio de la firma Caraiva y Asociados,
comentó que el problema principal en el Sistema Nacional de Refinación es la falta de
inversión para rehabilitarlas y modernizarlas.
Citó por ejemplo el caso de la refinería de Madero. El 23 de agosto del año pasado, Pemex
informó que realizaría un paro total del complejo, paulatino por un amplio e intenso
programa de mantenimiento y que sería hasta diciembre de 2017, cuando reanudaría sus
operaciones y alcanzaría su “nivel óptimo”, lo cual no se concretó, indicó el especialista.
En términos de inversión, de 2015 a 2018 —únicamente considerando los resultados
correspondientes al primer semestre de cada año para efectos comparativos—, la inversión
en refinación se ajustó a la baja, de 22.6 mil millones a 9.9 mil millones, lo que representa
una reducción de 56.2%.