AGENCIAS
WASHINGTON.- El miedo empuja a las víctimas de pederastia por parte de curas y
religiosos al silencio, a eso se le añade la falta de apoyo por parte de la Iglesia, aunque más
bien se podría hablar de ocultaciones a su favor.
Los últimos informes del Vaticano reflejan alrededor de seis mil casos de denuncias en la
última década, una media de 600 denuncias cada año por este tipo de abusos en el seno de
la Iglesia.
Esta vez ha sido la organización mundial de activistas que se enfoca en los derechos de los
niños y las víctimas de abuso sexual infantil por parte de la Iglesia, ECA (Ending Clergy
Abuse, por sus siglas en inglés), que realizó un estudio para obtener cifras más exactas.
Teniendo en cuenta los casos comprobados e investigados por organismos independientes,
afirman que existen casi cien mil víctimas de pederastia clerical reconocidas en todo el
mundo. Desde EEUU hasta Australia, pasando por Irlanda, Holanda, Chile, Argentina,
Alemania, España, México y Argentina, entre otros países.
“Resulta razonable pensar que hay centenares de miles de víctimas en todo el mundo”, dijo
Miguel Ángel Hurtado, responsable de ECA en España y víctima de abusos sexuales por
parte de un sacerdote de Barcelona cuando apenas tenía 16 años.
Aclaró que ven “muy preocupante que no haya habido una auditoría exhaustiva del número
de sacerdotes pederastas y de víctimas en todos los países donde la Iglesia católica tiene
una presencia muy importante”, por lo que lamenta que “desgraciadamente, la mayoría de
las conferencias episcopales del mundo, como la española, se niegan a difundir cifras
detalladas de la magnitud del problema en su país”.
Silencio y oración: Papa
Este lunes, justo cuando afronta la peor crisis de su pontificado por acusaciones en su
contra de mentir y haber encubierto a un cardenal abusador, el Papa Francisco aseguró en
El Vaticano que ante los “perros salvajes” que buscan el escándalo, la actitud debe ser de
silencio y oración.
El pontífice retomó sus misas privadas matutinas después de la pausa veraniega y durante el
sermón recomendó la sencillez ante “el padre de la mentira, el acusador, el diablo”, que
actúa “para destruir la unidad de una familia” o “de un pueblo”.
Partiendo de las lecturas bíblicas del día, destacó la actitud de Jesús quien -dijo- afrontó la
“jauría de perros salvajes” que eran sus críticos, quienes no razonaban, sino que gritaban y
él, pasando en medio, se fue venciéndolos con el silencio.
El Papa justamente apeló al silencio ante las acusaciones de Carlo María Viganó,
exembajador papal en Estados Unidos, quien desató un escándalo en la Iglesia acusándolo
de proteger al cardenal abusador Theodore McCarrick y pidiéndole abiertamente la
renuncia.