PARÍS.- Francia podría perder el liderazgo en la producción mundial de vino este año debido a una significativa caída del 15 por ciento en su producción. Según los pronósticos publicados por el Ministerio de Agricultura francés, se espera que la cosecha de 2024 disminuya entre un 10 y 16 por ciento en comparación con el año anterior, lo que también representaría una reducción de entre tres y 10 por ciento en relación con el promedio de los últimos cinco años. Esta disminución se debe principalmente a las condiciones climáticas adversas que han afectado a los viñedos franceses, particularmente a causa del mildiu, una enfermedad fúngica que prolifera en condiciones de humedad.

La posible caída en la producción llevaría a Francia a ceder nuevamente el primer puesto como el mayor productor de vino del mundo a Italia. Este cambio en el liderazgo sería un retroceso para Francia, que había recuperado la posición en 2023 después de que Italia dominara la producción mundial desde 2015. La competencia entre ambos países por el liderazgo en la producción de vino es histórica, y el equilibrio entre ellos puede ser muy volátil, influenciado por factores como las variaciones climáticas, las prácticas agrícolas y las innovaciones en la viticultura.

La situación actual refleja los retos a los que se enfrentan los viticultores franceses en un contexto de cambio climático que afecta cada vez más la estabilidad y previsibilidad de las cosechas. Las condiciones meteorológicas extremas, incluyendo episodios de lluvias intensas y olas de calor, han creado un entorno favorable para la propagación de enfermedades como el mildiu, que puede devastar grandes extensiones de viñedos si no se controla adecuadamente. Este año, los viticultores han tenido que hacer frente a esta amenaza en medio de una temporada ya de por sí complicada, lo que ha afectado tanto la cantidad como la calidad de las uvas cosechadas.

La reducción en la producción también podría tener un impacto en la economía francesa, ya que el sector vitivinícola es uno de los pilares del país, no solo en términos de exportaciones, sino también como símbolo de su cultura y patrimonio. Además, esta caída podría alterar las dinámicas del mercado internacional del vino, donde la demanda sigue siendo alta y cualquier variación en la oferta puede tener consecuencias significativas en los precios y en las estrategias de comercialización de los productores.

Italia, por su parte, podría beneficiarse de esta situación para consolidar su posición como el mayor productor mundial, aprovechando la oportunidad para fortalecer su presencia en mercados clave y ampliar su influencia en la industria global del vino. Sin embargo, al igual que Francia, Italia también debe hacer frente a sus propios problemas relacionados con el cambio climático, lo que sugiere que el liderazgo en la producción de vino seguirá siendo un tema de competencia entre ambos países en los próximos años. (Vinetur.com)