AGENCIAS

LONDRES.- Una de las principales incógnitas que ha tenido la ciencia desde que se detectó el primer caso de coronavirus era la probabilidad de que una mujer embarazada, que se infecta durante su proceso de gestación, le transmita el virus a su bebé.

La duda surgió porque las mujeres embarazadas pueden ser portadoras del virus del SARS-CoV-2 en la sangre, la placenta, el líquido amniótico y la leche materna, por ejemplo, y daba la posibilidad de ser la transmisora del virus a sus bebés.

Un grupo de investigadores analizó la base de datos de más de 14,000 bebés nacidos en todo el mundo de mujeres embarazadas infectadas con coronavirus. Además, revisaron casi 500 estudios en los que participaron 28,952 madres que acudieron al hospital.

Los resultados muestran que la tasa de positividad al SARS-CoV2 es escasa entre los bebés nacidos de una mujer infectada y, “de los 592 bebés positivos, 14 tuvieron una transmisión maternoinfantil confirmada. De ellos, siete antes del nacimiento (en el útero), dos durante el trabajo de parto o el parto (intraparto) y cinco durante el periodo postnatal temprano (hasta 10 días después del nacimiento)”, reseña el estudio.

La investigación resalta que es más frecuente que un bebé resulte infectado cuando la madre ha sufrido una forma grave de COVID, en particular cuando hay una hospitalización. “En esos casos de COVID grave, es recomendable que los bebés sean sistemáticamente sometidos a tests”, dicen. Tampoco hay riesgo de transmisión del coronavirus a través de la leche materna.