Lopez Gatell, vocero plenipotenciario del gobierno federal en la pandemia, se ha ganado a pulso el apodo del Doctor Muerte, como dice una cosa dice otra.

“Si tienen la fórmula para controlar la pandemia podrían dar lugar a una especie de patente, ya que en todo el mundo sigue la pandemia activa”, contestó a la propuesta de exsecretarios federales de salud para parar la pandemia en semanas.

Otra: “La fuerza del Presidente es moral, no es una fuerza de contagio”, cuestionado por la negativa de AMLO al uso de cubrebocas y la posibilidad de contagiar o ser contagiado en sus giras con semáforo rojo; “las mascarillas o cubrebocas dan una falsa sensación de seguridad”, contradiciendo a la OMS; “ningún país sabe exactamente cuántos casos tiene de Covid-19”.

Pero una de las mejores fue la contestación a los gobernadores que pidieron su renuncia:

“Podemos entender sus sentimientos”.

Diría doña Esa: “Waay, creo que este doctor no sabe a qué hora orinan las gallinas”. Se acabó el papel.