LONDRES.- Una de las características más peculiares de Urano es que gira de costado y sus lunas orbitan en ese mismo plano o sentido. Nuevas pruebas dan más fuerza a la teoría de que habría sufrido una colisión gigantesca, lo que resultó en su orientación inclinada y quizás también explica algunos de los otros misterios del planeta.

Un nuevo estudio realizó una serie de simulaciones sobre Urano poco tiempo después de su formación, analizando las consecuencias que un gran impacto pudo haber tenido en su rotación, su atmósfera y estructura interna. El impacto podría haber dejado rastros claros aún visibles dentro del planeta que vemos hoy.

Urano realmente es un planeta muy extraño. No sólo gira sobre un eje que se encuentra en un ángulo de 98 grados con respecto a su plano orbital, sino que, a diferencia de otros planetas gigantes, no parece liberar más calor del que recibe del Sol. Además, su campo magnético parece deforme en comparación con el de la Tierra.

Los científicos han estado simulando impactos gigantes en Urano desde principios de la década de 1990, según el nuevo estudio publicado en el Astrophysical Journal. Esta vez, los investigadores construyeron una simulación usando los datos más nuevos y precisos de la composición del planeta. Esto les permitió modelar cómo el impacto de un objeto gigantesco, quizás de una a tres veces la masa de la Tierra, habría depositado “material y energía dentro de Urano”, y la cantidad de restos que quedarían, de los cuales se podrían formar lunas.

“Este estudio proporciona algunas nuevas ideas sobre lo que podría haber sucedido hace miles de millones de años con el material sobrante del impacto, el cual incluso podría servir para atrapar parte del calor del planeta”, dijo Leigh Fletcher, miembro de la Royal Society Research Fellow de la Universidad de Leicester, Inglaterra.

Pero se trata sólo de una simulación, y se necesitarán muchos más datos para comprender completamente la historia de Urano. “Lo que necesitamos después es una misión robótica para explorar Urano y su sistema satelital diverso”, dijo Fletcher. “El mapeo de campos gravitatorios, atmosféricos y magnéticos, similar a lo que hemos hecho en Júpiter con Juno y en Saturno con Cassini, podría proporcionar algunas nuevas pistas para entender mejor estos modelos, al desbloquear los secretos del interior del planeta por primera vez”