DE VIVA VOZ

Arquitecto, historiador y experto en imagen urbana, lamenta el abandono generalizado en que permanecen y propone un proyecto en el que se involucre a la ciudadanía para su restauración y mantenimiento

SALVADOR CANTO

“Es urgente un programa de rescate y que se le dé el valor a cada uno de los monumentos que hay en Cancún, en primer lugar porque esas obras costaron mucho dinero y en segundo lugar, porque cada uno habla o representa, de alguna manera, parte de la historia que debemos recordar de lo que fueron los inicios de la ciudad”,  afirmó el Doctor Honoris Causa y arquitecto Carlos Cosgaya Medina.

Además, lamentó la desidia y el abandono en el que muchos gobiernos han tenido estos espacios públicos bajo el pretexto de que no tienen presupuesto para la restauración en algunos casos y el mantenimiento de otros, que debería de ser permanente.

“Tenemos un problema muy grave en Cancún de descuido, no sólo no hay mantenimiento, sino que no le dan su puesta en valor a cada uno de los monumentos”, insistió.

En entrevista con El Despertador de Quintana Roo el también experto en imagen urbana e historiador, habló de la reciente polémica que generó el hecho de que varios monumentos y glorietas de la ciudad fueran utilizadas como espacios publicitarios, bajo el argumento de decoración navideña.

Y al referirse particularmente a la glorieta conocida popularmente como “del albañil”, en donde se encuentra la obra llamada “Los Pilares de la Construcción” de la escultora Silvia Arana, en donde fueron colgados unos pendones publicitarios de una empresa de telefonía móvil, resaltó que es algo inaudito que demuestra el desprecio que raya en la ignorancia hacia lo que representan los monumentos que se encuentran en la ciudad.

En medio de todo esto, De Viva Voz reveló en exclusiva, como parte de su preocupación, ocupación y compromiso con Cancún, que tiene listo un proyecto que será presentado al Cabildo a principios del año venidero, en donde planea hacer una convocatoria para que empresarios, ciudadanos e incluso asociaciones civiles adopten un monumento, sea rehabilitado y en su caso, restaurado sin que eso signifique un gasto para el gobierno.

—¿Qué opina de la polémica que se generó en torno a la invasión de espacios con pendones publicitarios disfrazados de adornos navideños como en la llamada glorieta del albañil?

—Lo que se hizo fue inaudito de verdad, porque aunque sean unas columnas de concreto son parte de un diseño escultórico; entonces, ofendió bastante ver que además no son adornos, son pendones sobrepuestos en el lienzo de los muros que promueven una empresa y que si bien tienen unas esferitas navideñas, unos renos y otras cosas, en realidad predomina la publicidad sobre la ornamentación. De hecho la gente no nota que es una ornamentación, sino parece que rentaron el espacio para convertirlo en un espacio publicitario y eso es lo criticable, que haya, no sé si llamarle desprecio o ignorancia, por lo que representan los monumentos que se encuentran en la ciudad porque nos gusten o no, porque enseguida la gente reacciona y dice que está feo el monumento este o el otro, pero eso ya es harina de otro costal. La situación es cómo se usan, si se les da mantenimiento o no, lo que se le conoce como puesta en valor.

—En ese contexto, ¿cuál es la condición actual de los monumentos históricos de Cancún?

—Tenemos un problema muy grave de descuido en Cancún, no sólo no hay mantenimiento, sino que no le dan su puesta en valor a cada uno de los monumentos. Sin embargo, creo que hay ayuntamientos que sí han hecho algo y otros no; por ejemplo, como lo ocurrido en 2011 con la ornamentación de empresas como Philips y Estee Laúder al pintar monumentos y fuentes en base a una campaña de cáncer de mama y era con iluminación, pero pintaron el Ceviche con pintura en varios tonos color rosa y eso causó muchas críticas. Ante ello, me llamaron de la dirección de cultura porque yo también hice la crítica y expliqué lo que realmente era la campaña y me preguntaron qué se podía hacer y sugerí rescatar y restaurar el monumento como debe de ser, incluso me ofrecí a buscar a la escultora Lorraine Pinto, lo hice, me dio fotografías de cómo era originalmente la pintura. De ahí vino toda una campaña, una empresa de pintura nos donó el material, luego el pintor Ricardo Castera hizo el trabajo de restauración con una remuneración muy pequeña y ahí estuvimos supervisando. Cuando se terminaron los trabajos, se trajo a la autora y se hizo una reinauguración de la fuente, se hizo toda una fiesta y en la noche se le entregaron las llaves de la ciudad. Luego rescatamos otros más hasta donde nos dio tiempo y todo un fue un éxito, porque se hizo un trabajo para poner en valor estos espacios.

—¿Considera que con este abandono se ha ido perdiendo el valor histórico, cultural y artístico de las obras?

—Lo que veo es que los gobiernos no han tenido el interés y además no están ingeniándoselas para que si en verdad les importara hicieran algo, porque opciones hay muchas y claro que se puede hacer sin que esto represente un gasto mayor para el municipio. Te comento y en exclusiva, que tengo una idea que le voy a presentar al actual gobierno municipal para ver la forma de convocar a las empresas y a los mismos ciudadanos, incluso asociaciones civiles, para que adopten un monumento, dos o tres, dependiendo de su presupuesto, y hacer el rescate. Incluso estoy considerando formar una especie de patronato, un grupo de la sociedad civil que pueda darle seguimiento a estos trabajos que son urgentes, como se debe de hacer en el Monumento a la Historia de México en donde se está reventando el concreto; ya traje a un especialista que me lo recomendó gente de la Unesco que rescataron el cine Selem en Campeche, vino, dio su diagnóstico y me dijo que al momento que se lo pidan daría un presupuesto para su restauración, pues consideró que aunque ya tiene daño, está en buen momento para su rescate debido a que la zona más dañada es la que recibe vientos salitrosos de la parte de Puerto Cancún, por la Uxmal, pero si no se atiende el problema se podría complicar.

—A pesar de ser una ciudad joven, ¿cree que con estas acciones de no cuidar su propio patrimonio, Cancún está perdiendo una gran oportunidad de ir fortaleciendo su propia historia?

—No es la oportunidad, tal vez alguien por ahí quiera desaparecerlos pues cada cambio de gobierno empiezan a poner sus propios monumentos y a crear sus propias historias y ese puede ser uno de los objetivos, aunque no lo sé; conjeturas puede haber miles pero la realidad es que (los monumentos) son parte ya de la historia de Cancún. Yo tengo un libro ya listo que no he podido lograr que me lo publiquen, que habla precisamente del patrimonio cultural de Cancún e incluye los monumentos y hablo de quiénes son los autores y en qué año se hicieron, de qué material son, cuándo fue la inauguración; es decir, toda la información que se ha podido encontrar, qué significa cada uno de ellos y por un lado está el hecho de que tal vez ahí viene un poquito el descuido y desprecio porque son materiales que no es mármol, que no es bronce, pero corresponden a su época. Aquí por ejemplo hay una escultura de Ernesto Paulssen que está en la zona hotelera a la cual mucha gente le llama “torre de comunicaciones” porque exhibe pinturas de Telmex en sus tres caras; pero yo fui uno de los primeros en denunciar que es una escultura y que se le entregó a dicha empresa y aunque ya no tiene la función de detener las antenas parabólicas, es una escultura urbana de uno de los escultores más famosos a nivel internacional y tiene un significado importante, por lo que se le tendría que dar una puesta en valor y sin embargo no se ha hecho. Yo le he escrito a Carlos Slim, a su yerno (Arturo Elías Ayub) que es el encargado de la Fundación Telmex y no me responden, pero creo que en una época fue lo más alto de Cancún y creo que debería tener una recuperación, puesta en valor física y en su parte intangible. 

—¿En dónde queda el decreto de Ley de protección, conservación y restauración del patrimonio, histórico, cultural y artístico del Estado?

—El problema de las leyes es que no hay aplicación de ellas y voy a responder con un ejemplo, tenemos una ley federal en donde muchas veces los municipios hacen caso omiso a las leyes estatales e incluso de las federales; hubo una época, cuando el federalismo estaba a todo lo que daba, cuando todo tenía que ser conforme a la ley federal, si no estaba publicado en el Diario Oficial de la Federación no se consideraba algo oficial, pero hoy que desde los 90 se descentralizan los municipios y se les empieza a dar la autonomía que debían haber tenido toda la vida, empiezan las gacetas municipales en donde se publican las normas y leyes municipales que aprueba el cabildo y cada Ayuntamiento es libre de hacer lo que quiera, pero desafortunadamente las leyes son como las de tránsito, en donde te pasas un alto y la gente que viene atrás hace lo mismo. Es decir, las leyes ahí están, pero desafortunadamente nadie las usa. Las leyes son un respaldo para defender lo que en algún determinado momento algunas fuerzas externas pueden dañar o quieren alterar, pero si las autoridades no las usan, que son las primeras que deberían defender y respaldar esas leyes, pues de nada sirve.

—Una ciudad que no cuida sus monumentos históricos, ¿a qué está destinada?

—Yo insisto mucho en algo, adoro mucho ir a una ciudad que es amable con su gente local, es decir, cuando uno camina sin banquetas rotas, le permite a las personas con capacidades diferentes transitar adecuadamente con rampas y un sinnúmero de cosas y ves plantas de ornato, mobiliario urbano como bancas, faroles, casetas de autobuses limpios, fuentes funcionando; en lo personal me llena el espíritu y si es algo que tienes que recorrer a diario en una ciudad en donde la movilidad es otro problema gravísimo, que hace que la gente tenga que caminar mucho para tomar su transporte y recorre la ciudad todos los días pero se enfrenta con las deficiencias que hay, hace que la gente tampoco sea amable. Hay tantas cosas que si las comprendieran y las valoraran, hoy otro gallo nos cantara.

—Recuperar los monumentos de la zona centro, ¿serviría para recuperar que el turismo venga a esta área?

—Me da mucho coraje recurrir a esto pero es una opción, porque está sucediendo en el mundo en donde muchas de las ciudades históricas no se están recuperando por el solo valor de la ciudad histórica o del centro histórico; se están recuperando porque quieren recibir turismo y quieren reactivar su economía en el sector turístico, lo cual no está mal, mientras no sea que todo se haga para el turismo. Yo creo que una casa no se diseña y se amuebla para las visitas, la casa se arregla para quienes la viven y el que venga que la disfrute como la disfrutamos los que vivimos en ella y lo mismo es para la ciudad, la cual se arregla, diseña y planea para su gente, para los ciudadanos. El problema es que cuando se empieza a pensar solo en el turismo, entonces se hace a un lado al ciudadano que dice ‘no es mía’. Entonces, es un recurso también y ahí vuelvo a la parte en que los monumentos pueden ser un recurso turístico y lamentablemente aquí en Cancún no le estamos dando ese valor a lo que tenemos. Yo tengo muchos años promoviendo una permanencia de tres días, que permitiría el consumo de la ciudad porque todos los tours son de siete de la mañana a siete de la noche saliendo de Cancún, lo cual le conviene a los hoteles todo incluido porque no hay consumo dentro del hotel y ellos mismos promueven y dan sus espacios para vender los tours para que los visitantes se vayan a otros lados, pero en la ciudad vemos que caen los mercados de artesanías, los restaurantes locales porque no hay un tour de la ciudad, simple y sencillamente porque no tenemos nada que ofrecerles. Tenemos gente que viene y se va y no conocen Cancún, desde la misma arquitectura de los 70, 80 y 90 que tenemos y todo eso puede ser de mucho interés, como en Miami, donde se rescató el Ocean Drive (la calle más famosa), se interesaron por la arquitectura que rescataron y la declararon un distrito patrimonial y se fue para arriba porque llegaron ferias y un sinfín de festivales culturales. Entonces, si resumimos todo esto, estamos hablando de un turismo cultural para Cancún, que cuando lo menciono porque yo soy un promotor de turismo cultural desde el 2002 o 2003, me acuerdo que cuando hablaba de eso parecía que le echaba sal a la oruga, a todos los turisteros y hasta a las mismas autoridades.

—Se han presentado un sinnúmero de planes y proyectos para el rescate de estos espacios, ¿considera que hace falta voluntad política?

—Bueno, yo quiero darle el voto de confianza a esta administración porque acaba de entrar, no puedo criticarla porque están entrando, pero antes sí, sin duda alguna. Lo que se espera es que en esta administración haya un poco más de interés, yo creo que es urgente. Recientemente tuve la oportunidad de platicar con gente del Ayuntamiento y como te dije, me ofrecieron hacer una propuesta para establecer y poner en marcha un plan para el rescate de los monumentos y con ello se pueda conformar una asociación civil y se promueva esa parte de ‘adopta un monumento’ y promover su recuperación. Hay algunos que van a requerir mayores recursos pero hay fundaciones y empresarios, no necesariamente el dinero tiene que salir del erario. Incluso la misma gente podría participar, pero para eso hay que invitarlos, promover un plan que tenga objetivos claros y transparentes y la ciudadanía también aportará, porque a todos nos interesa.

—¿Entonces sí es urgente que se rescaten las obras?

—Es urgente el rescate y que se le dé el valor a cada uno de los monumentos de la ciudad de Cancún, en primer lugar porque esas obras costaron mucho dinero y en segundo lugar, cada uno hablan o representan de alguna historia que queremos recordar, algunos de la historia de México, otros representan una alegoría de eventos internacionales que hubo en Cancún, otros donados por gobiernos como el de Cuba, el de la familia tiene que ver con esa parte en donde el primer alcalde de Cancún estaba preocupado porque venía mucho hombre solo y con eso promovía la unión familiar; es decir, todo tiene un sentido, tienen que ver con cada uno de los momentos de Cancún, por lo tanto si no se le comunica eso a la gente, obviamente no lo van a valorar y al no valorarlo ahí está el ejemplo, que no se le conoce y no se aprecia y lo que no se aprecia no se cuida. La idea es hacer la propuesta de que si el ayuntamiento no puede o no tiene el presupuesto, esto no es limitación para hacer el rescate de los espacios históricos de Cancún y eso sucede en todas partes del mundo, hay lugares en donde rescatan palacios, castillos fuertes y no lo hacen con dinero del municipio, se hace de forma tripartita, por ejemplo, o lo hacen con recursos privados. En fin, hay muchas opciones para hacer las cosas, porque cuando la gente ve que las autoridades le dan importancia a temas tan relevantes como el rescate de los espacios históricos, ellos también se involucran y eso es lo que queremos.