SYDNEY.- Investigadores de la Universidad de Queensland y el Instituto Florey de Neurociencia y Salud Mental, en Australia, descubrieron que un péptido en el veneno de araña puede restaurar las deficiencias neurales que desencadenan las convulsiones asociadas con el síndrome de Dravet, una forma de epilepsia infantil.

El estudio en ratones podría ser un paso importante para el desarrollo de mejores estrategias terapéuticas para este tipo de epilepsia considerada mortal para los niños en su primer año de vida.

Se estima que alrededor del 80% de los casos del síndrome de Dravet, se debe a una mutación en un gen llamado SCN1A. Cuando este gen no funciona adecuadamente, los canales de sodio en el cerebro que regulan la actividad cerebral no funcionan correctamente.

“En nuestros estudios, el péptido del veneno de araña fue capaz de dirigirse a los canales específicos afectados por el síndrome de Dravet, restaurando la función de las neuronas del cerebro y eliminando las convulsiones”, explicó el científico del Instituto de Biociencia Molecular de la Universidad de Queensland, Glenn King.

Los científicos informaron que el veneno estudiado para este padecimiento, proviene de una tarántula conocida como “estallido de estrellas de Togo”, la cual proporcionó el péptido eficaz.

Las arañas eliminan a su presa a través de compuestos de veneno que se dirigen al sistema nervioso, a diferencia de las serpientes, por ejemplo, cuyo veneno se dirige al sistema cardiovascular.

“Millones de años de evolución han refinado el veneno de araña para apuntar específicamente a ciertos canales iónicos, sin causar efectos secundarios, y los medicamentos derivados de los venenos de araña conservan esta precisión”, destacaron los científicos.

El síndrome de Dravet, conocido también como Epilepsia Mioclónica Severa de la Infancia (SMEI) o epilepsia polimorfa, es una epilepsia infantil catastrófica que provoca un retraso en el desarrollo mental y conductual, con un mayor riesgo de muerte prematura.