AGENCIAS

CARACAS.- Venezuela se encuentra sumida en una ola de protestas y tensiones diplomáticas tras la controvertida reelección de Nicolás Maduro. Ignorando las críticas, el presidente Maduro y sus aliados han arremetido contra disidentes y gobiernos que desconocieron el resultado, ratificado por el Consejo Nacional Electoral (CNE). El fiscal Tarek William Saab ha advertido con penas de hasta 20 años de prisión a quienes intenten “enlodar la fiesta democrática”.

Las manifestaciones estallaron en todo el país. Miles de venezolanos han salido a las calles de Caracas y otras ciudades, derribando estatuas de Hugo Chávez y quemando propaganda chavista. La oposición, liderada por María Corina Machado y Edmundo González, insiste en que ganó las elecciones, alegando tener pruebas del 73% de los votos, en contraste con el 51.2% otorgado a Maduro por el CNE.

En respuesta a la creciente presión internacional, Maduro expulsó a los embajadores de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay, calificándolos de “injerencistas”. Además, suspendió todos los vuelos desde y hacia Panamá y República Dominicana. El canciller Yvan Gil defendió la medida como una protección a la autodeterminación venezolana, mientras que Maduro acusó a la “ultraderecha mundial” de intentar un golpe de Estado.

Los gobiernos de varios países latinoamericanos han exigido una revisión completa de los resultados electorales y convocaron a una reunión urgente del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA). Naciones Unidas también ha pedido transparencia en el conteo de votos. Mientras tanto, la represión de las protestas continúa, con las fuerzas del orden utilizando gas lacrimógeno y disparos para dispersar a los manifestantes. La situación sigue siendo tensa, con la oposición llamando a la movilización pacífica y demandando un cambio de gobierno.