*Por más de tres lustros, el Baltazar Baas Aké, conocido como Zorrillo, ha sido una figura en el mundo de la lucha libre en Cancún. Este 2024, ha decidido retirarse de los cuadriláteros, dejando atrás un legado lleno de anécdotas y satisfacciones. 

Sergio Masté

“Una de mis mayores satisfacciones fue trabajar con mi luchador favorito, El Último Guerrero, en mi cumpleaños. Fue un sueño hecho realidad y un momento inolvidable,” dice quien considera este 2024 como el año de su retiro de los cuadriláteros, un oficio que le deja muchas satisfacciones y que, de manera fortuita, le ha cumplido muchos de sus sueños. Uno de estos sueños fue trabajar sobre un ring con uno de sus ídolos el mismo día de su cumpleaños. Jorge Baltazar Baas Ake, mejor conocido como Zorrillo, nacido en Felipe Carrillo Puerto y residente de Cancún desde los dos años, a sus 40 años de edad, recuerda sus inicios en la lucha libre con cariño y nostalgia.

– ¿Cómo inicia Jorge Baltazar Baas Aké, mejor conocido como el Zorrillo, en la lucha libre?

– “Desde muy pequeño, desde que tenía como ocho años, recuerdo que los sábados mi mamá nos levantaba temprano para hacer el quehacer. El que terminara primero tenía el privilegio de elegir qué ver en la televisión. Yo siempre me apresuraba para poder ver lucha libre. Admiraba a luchadores como Octagón, Atlantis, Fuerza Guerrera, Rayo de Jalisco y Perro Aguayo. Desde ahí nació mi interés por la lucha libre. Aunque con el tiempo y las responsabilidades, esos sueños infantiles quedaron en segundo plano.”

– ¿Cómo retomas el camino hacia la lucha libre?

– “Trabajando en hotelería conocí a alguien que entrenaba lucha libre. Al principio no le creí, pero me llevó al palenque de la Expo. Ahí conocí al Hombre Águila, quien me invitó a entrenar. Así, empecé de nuevo, recordando el sueño de mi infancia de ser luchador. Entrené durante un año y medio con compañeros como Tiger Fly, Tizoc y Pegaso.”

– ¿Llegaste a debutar como luchador?

– “No, aunque tenía planes de debutar con el nombre Tepox, Joven Guerrero, en maya, por cuestiones de trabajo en la hotelería no pude continuar entrenando regularmente. Sin embargo, en tiempos de la influenza, tuve descansos obligatorios y empecé a trabajar en una campaña política con Tizoc. Ahí fue cuando tuve mi primera oportunidad de subir al ring, pero como réferi.”

-¿Cómo fue tu primera experiencia como réferi?

– “Fue un poco fortuita. El referí habitual, Frank El Transformer, no llegó a tiempo y me ofrecieron su lugar. Me subí al ring sin experiencia previa, me anunciaron como El Rayito, pero rápidamente la gente empezó a llamarme Zorrillo por mi apariencia. Desde entonces, el nombre se quedó.”

– ¿Cómo surge la frase ‘El único que no apesta y huele a deseo’?

– “De una película antigua de Mauricio Garcés. Me gustaba su estilo y cuando la gente empezó a decir que apestaba, decidí cambiarlo a ‘no apesto, huelo a deseo’ para darle un giro positivo.”

– ¿Cuál es la función de un réferi en la lucha libre?

– “Mucha gente cree que solo es contar hasta tres y levantar la mano del ganador, pero es mucho más. Un réferi debe asegurarse de que el ring esté en óptimas condiciones para la seguridad de los luchadores. También interactúa con el público y los luchadores, cuidando su integridad física durante la lucha. He recibido muchos consejos y he aprendido a fijarme en cada detalle para proteger a los luchadores.”

– ¿Alguna vez has tenido que intervenir por una lesión seria?

-“Sí, recuerdo a un luchador de Veracruz, Jacko, que se dislocó el hombro durante una lucha. Tuve que intervenir rápidamente y ayudarlo a retirarse. Esas situaciones son difíciles, pero es parte de nuestra labor.”

– ¿Qué satisfacciones te ha dejado ser réferi?

– “Muchísimas. Una de las mayores fue trabajar con el Último Guerrero, mi luchador favorito, en mi cumpleaños. Fue una experiencia increíble y un sueño hecho realidad.”

– ¿Qué mensaje quieres dejar a los aficionados y luchadores?

– “Que sigan apoyando la lucha libre local. Los luchadores locales dan todo de sí para brindar un buen espectáculo. Es importante que los aficionados valoren ese esfuerzo y mantengan el misticismo que rodea a la lucha libre, respetando la identidad de los luchadores. Y para los luchadores, que sigan esforzándose y persigan sus sueños, porque con dedicación y pasión, todo es posible.”